Muchos se condolecen de la cruel muerte del animalito, pero al parecer no les interesan tanto las razones que empujan a las personas a comérselo.
Comerse a un perro no es noticia en Asia, allá hasta los crían para consumirlos; los musulmanes y judíos no comen cerdo, ni los norteamericanos caballo. Digamos que son preferencias culturales.
El problema es cuando la miseria obliga a la gente a violar sus propios tabúes.
En Corea del Norte han llegado al canibalismo, también en la China de Mao, la Rusia de Stalin y la Cambodia del Kmer Rouge; es legítimo asumir que antes de comerse a sus muertos, esa gente le hincó el diente a cuanta cosa pudieran tragar. En la Corea comunista la corteza de los árboles es comida.
En los 90s el "Período Especial" sirvió a las mesas cubanas frazadas empanizadas, chilindrones y asados de perros y gatos, "caldosas" de tiñosa.
Este episodio mostrado en el vídeo es algo común y cotidiano en la Cuba del castrismo tardío; es una consecuencia directa de la miseria comunista.
En el minuto 2:01 se oye a alguien urgiendo a que no boten la sangre; hasta las tripas y la sangre del perro las harán morcillas.
Esos infelices comen perro porque tienen hambre.
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Y aquí de cómo es tan natural en China
Polo: me quedé con las ganas de ver el video, hay que ir a Cuba para verlo en vivo y a todo color, pero me pregunto, no estarán exagerando los que dicen que esto es cotidiano, a veces se hacen cosas en Cuba por deporte o por "jodedera" de muchachos y se le da connotación de que se hace todos los días. Ahora en el exilio se dice que en Cuba la gente come pizzas de preservativos, cuando fue un hecho aislado y enseguida cogieron preso al tipo, ahora se dice por gente que no vivió en Cuba que la miseria es tal que los cubanos comemos pizzas con queso de condones.
ResponderEliminarUn abrazo