lunes, 11 de junio de 2012

De machos y muchas; anécdotas de Gtmo. Bay

Gitmo era una especie de caldo de cultivo social, primero pasado por una centrífuga y luego dentro de una olla de presión, allí las tensiones eran altas y el alma se desnudaba en desesperación.

El oficial de enlace con el periódico "El Balsero" una vez me dijo que la gente, una vez que se adapta al nuevo ambiente, tiende a repetir los modelos de conducta anteriores.

Creo que en Guantánamo Bay más bien tendían a exagerar tales conductas... o se "adaptaron" demasiado.

Hoy les regalo una muestra de exageraciones libertinas... y masivas. ¡Gozadera total apuntando y banqueando!... a escala industrial.

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Los campos estaban organizados alfabéticamente, subdivididos en bloques alfabéticos, y las cabañas numeradas; así al 11mo. campo le correspondía la letra K, de ahí "Kilo", y este cuento sucedía en la cabaña # 10 del bloque F.

Quizás por afinidad, unas tres decenas de homosexuales se mudaron y vivían juntos en la F-10; en Gitmo disfrutaban de una tolerancia inimaginable en la Cuba de los 90's; allí vestían, se maquillaban y actuaban como femeninísimas mujeres.

El Kilo era un campamento de hombres solos, así por un lado NO había mujeres para un par de miles de hombres en celo, y por el otro habían más de treinta provocadoras y abordables "muchachitas" al alcance de la mano, en la F-10.

La abstinencia tan cerca de la tentación encendió el deseo y apagó escrúpulos, amén de hacer florecer gustos y apetitos reprimidos, y muchos machos-varones-masculinos cayeron en "debilidades" impensables en sus barrios de origen.

Las madrugadas en la F-10 fueron asediadas por una multitud de "encapuchados" sedientos de sexo.


En los campos no había privacidad, así estos amantes madrugadores hallaron un recurso que demuestra la inventiva cubiche: Salían a salto de mata de sus cabañas, y luego hacían un rodeo, ya con la camiseta enrollada en la cabeza y cubriéndole la cara; de ahí lo de encapuchado.

Luego entraban a la F-10, calmaban sus urgencias ¡y aquí no ha pasado nada! porque el anonimato y no la acción parecía ser la clave de mantener una masculinidad pura y a prueba de dudas.

Las antes discretas y esporádicas incursiones nocturnas se masificaron -tal era la demanda- las fatigadas muchachitas no podían satisfacer los reclamos de -los ya- cientos de ardorosos garañones ¡y el sagrado anonimato estaba en peligro! 

Toda una catástrofe que fue evitada por el espíritu emprendedor taíno: La solución fue una especie de drive thru sexual, stop'n go! o esto-pingó, que así se llama en cubañol.
Las chamacas cortaron en la lona, al nivel de sus catres unos agujeros, donde el varón necesitado introducía su miembro atormentado sin tener que arriesgarse a un molote revelador y catastrófico en la cabaña maldita.

Tal como lo cuento: Sexo encubierto aplicando las técnicas de producción en serie de la industria moderna.¡Y anonimato garantizado! Lo mejor de los dos mundos: Secreto y alivio.

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Creo que este eficaz y compartimentado método de tan esmerados y discretos trabajadores sexuales no solo contribuyó a que se disiparan las peligrosas tensiones de cientos -quizás miles- de balseros en Gitmo (la práctica se hizo popular en toda la base); también hoy ayuda a que muchos respetables ex-balseros se paseen con la frente en alto por sus barrios ambientosos cuando van de turisteo a Cuba.

Claro que ningún sistema es perfecto, y un manerismo o una frase escapada en momentos de pasión podían revelar la identidad del fogoso varón; oportunidades que aprovechó una de las muchachitas para hacer una lista con pelos y señales, que luego me la trajo al periódico con esta historia.

Como chisme aquello era un banquete ¡me harté! pero no tenía valor noticioso,  ni estaba tan loco como para publicarlo y enfrentarme a cientos de enfurecidos sementales homicidas; y si algún lector de este blog se entretuvo en tales travesuras, le aseguro que la reveladora lista fue quemada inmediatamente en presencia de la vengativa y entusiasta muchachita-reportera. Tranquilo Bobby.
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Para más anécdotas de la base, escriba en la ventana de búsqueda Gitmo Bay.


2 comentarios:

  1. jajjajajajaj Polo me encanto este relato, y se de la verasidad de cada letra. muchas veces te tropesabas con muchos ambientosos machasos de los campamentos que en el dia especulaban de mucha hombria, sin embargo con solo un poco de suerte llegabas a descrubir sus secretos nocturnos. aqui te va mi anectota.

    Esto sucedio en el campamento India.

    Una de esas noches que no se podia dormir por el calor de la tierra guantanamera y la abstenencia del placer producto a la falta de compañia femenina sali a darme una ducha a las 3:00 am.
    No es nada nuebo para aquellos que estubimos en la base que era la mejor hora para aquellos que nos cuidabamos de los bolleros y fisgones ademas de la tranquilidad y poder disfrutar de una buena ducha sin tener que apurarte porque alguien esta esperando turno, otra que el agua estaba mas fresca, no como en el dia a una temperatura que podias pelar un puerco; al llegar a las duchas y apartar las cortinas, bullaaaaaaaaaaa cashaaaaaaaa, el corre corre fue tremendo, sorpresa las duchas solo tenian una entrada y salida, yo me detube a ver que pasaba asombrado y un poco desconcertado ya que estaba medio dormido todabia, sorpresa unos de los ambientosos del camp deleitandose del los favores sexuales de las famosas muchachitas del campamento. en total eran 4 parejas, uno de ellos me habla y me dice en tono amenazador "tu no has visto nada"! yo le dije "eso depende de que en ahora en adelante no te hagas mas el ambientoso y el machote cuando yo este presente". me rei y los mire a cada uno y les dije ok, ya tome una foto mental de cada uno y los dejo que ya me entro frio y me baño en cuanto amanezca. ya que la compañia no me agrada.
    Tal parece que la verguenza los mataba ya que cada ves que los miraba se iban del lugar y nunca se atrevieron a hablar en mi precencia.

    echos reales.

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