sábado, 3 de mayo de 2014

De vuelta al cuartico (que sigue ahí, ahí ♫♫♫).

Hace un carajal que no toco al blog, que ya dejaba agonizar, anémico, deshaciéndose en una no-vida digna de un zombie -virtual por más señas y peor suerte.

Pausa tan larga no vale penas llenar recontando las idioteces horrorosas de Maburro, Virrey de Castro II en las colonias bolivarianas; las peligrosas pataletas neonazis del Zar Putín alimentadas por su complejo de inferioridad de enano narizón... y ruso -para acabar de joder el potajovich.

Y qué decir de la Momia en Jefe, ya ni riflexiones publica; al menos sigue vivo y sufriendo su vejez sórdida de tiranuelo-payaso e insignificante; ojalá sufra muchos años más. ¿Imaginan lo que está pasando La Bestia, que trató de tirarles sus cojones a medio mundo, y ahora se defeca en la cama; reducido a un viejo cagón, prisionero en su propia casa y estrella del freak show de los izquiernodontes letrinoamericanos?

¡Ah, justicia divina,
 casi me embullo
 y me dejo bautizar
 por Ortega Cardinal!
Bueno... no tanto, Lina;
que es cundango a reventar
y me peligra el sorullo
con varón tan vaginal

Del rebaño, lo de siempre: Llenando plazas y avenidas, desfilando, aplaudiendo, rebuznando en apoyo a sus amos. Aunque el nuevo sea Raúl, qué todos conocemos el refrán: "El jefe aunque sea maricón, es el jefe"; además, muchos otros autócratas -desde la antigua Grecia y la Roma imperial han cojeado de la misma pata, y tan reciente como Kadafi, aún más loca que nuestra entorchada y presidencial generala, han demostrado que lo pato no quita lo mandón.

Pero basta de describir a la basura de siempre, y permítame ofrecer mis más sentido pésame por esa bola de mierda y supuesta gloria musical cubiche llamada, muerta y enterrada Juan Formell.

No sé cuán glorioso sea hacer una música buena para animar una pipa de cerveza, o una recholata en La Tropical (broncas, borracheras y molotes incluídos), o para alimentar la nostalgia neocastrista de las últimas oleadas de hombres-nuevos que asolan a Miami.

Juan Formell, como todos quienes bailan al son castrista, fue un miserable; un oportunista que vendió alma y corazón al horror, y fue su activo cómplice como embajador cultural de una sangrienta tiranía.

Resulta que si eras un intelectual, artista, atleta, o cualquier otra celebridad, la complicidad gremial te borra tus pecados -con ayuda de la costumbre santurrona donde todos los muertos fueron buenecitos.

Eso quizás funcione para los caporegimes de la piñita culturosa cubiche, para las jineteras y pingueros, y otras yerbas del batey; pero para mí, un guajiro lenguaraz, no: Formell fue y es una bolsa fétida, un colaborador de la mafia castrista, un bufón del gorilato, un tipo despreciable.

¡Qué se joda! ... y reitero mi más jubiloso pésame, tarareando aquello de: ¿♫Qué tiene Van Van qué sigue ahí, ahí... ♫?

Van Van sigue y seguirá ahí, haciendo música del horror.
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Y basta ya de músicos muertos y gorilas moribundos; que el cierre es con una bella, inteligente, manipuladora, hipócrita y mentirosa periodista cubana (en Cuba ella es periodista y hasta profesora de propaganda, perdón, de periodismo reinvolucionario); es Elaine Díaz, a la que Harvard abrió sus puertas -no sé si por complicidad izquierdosa o como acto de misericordia al periodismo cubiche de intramuros).
Elaine es la que negó públicamente (justificando de paso la brutalidad de los segurosos) la paliza a un anciano disidente -el marido de Yoani*; estos hechos ocurrieron en plena calle y a la vista de esta señorita, pero milagrosamente la brillante plumífera oficialista niega el maltrato, y usa su artículo como arma de escarnio a la víctima.
Y ahora Harvard... ¡Felicidades mami rica!
  • Luis Cino le canta las 40 a esta farsante AQUÍ.

Y todavía hay quienes niegan esta maldita circunstancia de la singularidad rodéandonos por todas partes... ¡Mariconá con el cocodrilo nooo!; dijo el sapo.
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  • PS: Harvard ignoró a todos los periodistas-ciudadanos que se arriesgan a publicar desde Cuba y al mundo los horrores cotidianos del castrismo.
  • * Aplaudo el sacrificio personal y desinteresado de Yoani por pedir memorias flash para la disidencia, y no Viagra para su valiente y ocambo medio-naranjón.  
  • Solución final a la obsesión cubiche: Fidel Castro debería hacer como Juan Formell, morirse; o como Elaine Díaz, largarse a Harvard.
  • Raulito es mucho más fácil de apaciguar; cuando se pone majadero, basta con regalarle una puta rubia y rusa, o un bujarrón negro y oriental... y se deshará en reformas timbiricheras, vodka mediante.








4 comentarios:

  1. da asco leerlo,es un cerdo con la capacidad de escribir

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  2. ¡Gracias por compararme con tan útil animal!... y mis sinceras disculpas por lo del asquito; que tal desagradable reacción también la experimento leyendo hagiografías desmemoriadas... Además, ¿qué peso tiene mi opinión? Gracias por leer mis poludeces.

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  3. que risa compadre!!!!

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  4. Primera vez que te leo.Muy bueno.Afilados tus comentarios ,que comparto.Claro y preciso en verdadero lenguaje cubano.Gracias.

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