La señora era la editora de la edición impresa del "Órgano Oficial del PCC", el libelo que destila en propaganda las órdenes de la junta militar; ella era quien armaba el muñeco con que la tiranía pretende lavar el cerebro de los cubanos en la isla.
Granma, o sea el periódico que ella editaba justifica cuanto desmán comete la pandilla castrista y sus tiranos-colegas en el mundo; Granma desinforma calculada y sistemáticamente a sus lectores con el objetivo de reforzar el control del Estado-Policía sobre sus súbditos.
Ahora, tan singular damisela, se las ingenia para aterrizar en Miami, cómo una más de tantos infelices... claro, muy calladita, y por medio de tercera persona manda el mensaje de que se reunió con su novio -el mismo libreto de la hija de Murillo; que escapó del "paraíso" castrista por amor... o al menos eso tengo derecho a asumir mientras la granmista no explique qué carajo vino a hacer al exilio.
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Espero que ella PRONTO nos deleite con anécdotas y peripecias de sus años como esbirra de la palabra al servicio del horror castro-comunista, de su epifanía y transformación de una émula de Goebbels a romántica aventurera miamense.
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