El asunto se torna serio en otras disciplinas, como la filatelia; donde un anacronismo hunde en el ridículo al país emisor y dispara el precio de los pocos ejemplares que escapan a la recogida y destrucción. Así sucedió con un sello cubiche mostrando a Cristóbal Colón usando un catalejo, cuando tal instrumento no se había inventado aún.
Si una pifia filatélica es seria -por tener el Estado el monopolio de la emisión, un error en la moneda nacional socava la respetabilidad y la confianza de un sistema monetario que no es capaz siquiera de diseñar e imprimir de manera responsable la moneda que lo representa; claro que el peso taíno está tan desprestigiado como el dólar de Zaire, así la pifia que les muestro es solo otra cómica chapucería del batey, sin más trascendencia que una sonrisa burlona.
Cuando vivía en Cuba los billetes de 20 pesos tenían un diseño diferente; ayer un amigo me regaló uno de los nuevos -nunca los había visto, y en su reverso encontré este disparate:
A primera vista todo está bien, incluso me alegré que mostrasen lo que en realidad somos: una republiquita bananera más... pero el problema es que el racimo está al revés; vean que muestra la parte gruesa del tallo del racimo con la punta de los plátanos hacia abajo, cuando los plátanos en la naturaleza cuelgan con sus puntas hacia arriba, apuntando al extremo grueso del tallo:
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